día de la mujer

8 de Marzo – Día Internacional de la Mujer

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oy 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, día en el que se recuerda la lucha de un grupo de mujeres obreras norteamericanas que murieron en la lucha por sus derechos laborales y cambiaron la historia.

Ellas fueron un bastión en la lucha por la igualdad de género, al que se han adherido miles de mujeres a lo largo de los años, dibujando la senda de las batallas que aún hoy debemos enfrentar.

Los avances logrados han costado años de lucha, pero hoy más que nunca, las reivindicaciones de las mujeres se ven amenazadas, son atacadas con un discurso de odio y un argumentario simplista y falso.

La resignificación distorsionada de discursos de la igualdad, la familia y la libertad que hacen algunos, no pueden ocultar las necesarias reivindicaciones de género que tanto nos hacen falta hoy en día y de la que como sociedad somos deudores.

Por las que ya no están y las que aún estamos, hoy es un día combativo de reflexión.

Julia Vargas fue una de esas mujeres luchadoras. A lo largo de su vida fotografió a cientos de mujeres en Bolivia y el mundo, en las que pudo captar con sensibilidad la diversidad de realidades que viven las mujeres, dando testimonio de sus luchas, su logros políticos, educativos, económicos, de autonomía, pero también su contribución permanente a la mejora de la vida de la sociedad en su conjunto.

Sin embargo son también un recordatorio lacerante de las luchas pendientes, de la fortaleza con la que las mujeres, especialmente las que además son discriminadas por su condición social, cultural o edad, luchan desde su cotidianidad contra un sistema violento y excluyente.

Cada una desde su propia realidad cuestiona lo preestablecido y demanda respeto a sus derechos y los de todas las mujeres. De ellas aprendemos que la perseverancia y el compromiso son valores imprescindibles en esta lucha.

Para que se respete el derecho al voto, a la educación y al trabajado justamente remunerado, por tener derecho a la propiedad, a la libertad de crear y alcanzar sus propias expectativas, por la libertad decidir sobre sus vidas y sobre sus cuerpos, por el derecho a la autonomía y por el derecho de vivir libres de violencia.

Ni una menos, ni un paso atrás.

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